Como todo un premio Novel de la Paz, el presidente Barack Obama se ha dispuesto a regalar sonrisas y abrazos, también a los países que están atentos a cualquier debilidad de los Estados Unidos, para así poder darle donde mas le duela.
Es evidente que Barack Obama quiere matar al régimen de los Castros a puros abrazos, pero su técnica no ha mejorado nada los DD.HH para con el pueblo de Cuba, tampoco se han comprometido en nada que mejore las relaciones históricamente deterioradas entre ambos países, digamos que han hecho lo contrario, en cada discurso o encuentro entre ambos gobiernos, se puede notar la negatividad de un régimen que no desea ceder un solo milímetro.
Cuba sigue igual, en su política interior, el gobierno Castrista ha ganado prestigio delante de sus seguidores, porque han visto estas negociaciones como un triunfo de la resistencia socialista, pero como aprecia el gobierno de los Castros esta actitud blandengue y entreguista de un país que siempre ha estado en la lista de los enemigos de Cuba y que nunca lo quitarán de ese lugar, pues ya lo dijo Raul Castro, …»no cederemos ni un milímetro de nuestros principios revolucionarios» quizás algunos no comprendan lo que implica esa frase, pero los cubanos están muy claros de su interpretación.
La apertura de la embajada en La Habana fue un acto unilateral, no participo ninguna representación del gobierno de Cuba, tampoco permitieron la entrada de los disidentes de la isla, diferente a la apertura de la embajada en Washington DC, donde permitieron la entrada de aleados y cómplices del gobierno de los Castros, pero ademas entraron disidentes como la hija de Oswaldo Paya, defensor de los DD.HH y que fue asesinado por la seguridad del estado Castrista.
Seguiremos regalandole flores a una dictadura de 57 años, mientras el régimen comunista de Cuba continua reprimiendo a las «Damas de Blanco» y a cualquier persona que se manifieste libremente en contra de la dictadura, hoy reconocida y legalmente aceptada por Barack Obama.
Nunca pudiera olvidar las palabras de Fidel Castro en Teherán, Irán, cuatro meces antes del atentado contra las Torres Gemelas y el Pentágono, donde dijo «Pronto, entre Cuba e Irán, pondremos de rodillas a los EE.UU», no sé lo que quiso decir exactamente, pero si sucedió lo peor que EE.UU experimento en toda su vida.
