Definitivamente hay un problema de corrupción en los altos niveles del gobierno guatemalteco, también hay un problema de oportunismo político con una fuerte dosis de populismo por parte de lideres opositores, pero se necesita algo mas que una sospecha para emprender acciones tan agresivas en contra de un presidente, creo que hay que informarle a la comunidad internacional y al pueblo guatemalteco sobre una pista contundente que no haga pensar en una estrategia política de los opositores para sacar a Perez Molina de la presidencia.
El expresidente Perez Molina no es un desconocedor de los procesos legales en contra de los violadores de las leyes, ya el caso estaba en proceso desde que se denuncio la participación de Juan Carlos Monzón Rojas, secretario privado de la vicepresidenta y de 20 sospechosos mas que eran miembros de un grupo delictivo denominado » La Linea » así que Perez Molina pudo hacer todo lo posible para librarse de este arresto y no lo hizo. Perez Molina fue portador de un gran poder, por ser el presidente del país, pero no usarlo a su favor demuestro la confianza en la aplicación de la ley, creo que ahora le toca al poder judicial demostrar que Perez Molina se esta tratando con el debido proceso y argumentar fehacientemente que todas las acciones tomadas en contra de su persona, responden a firmes acusaciones.
En este mundo globalizado, no es posible esconder el dinero sin que sea detectado, es posible que un narcotraficante pueda hacerlo si lo obtiene de mano a mano y escondido debajo del colchón, pero un dinero que sale de cuentas legales, a través de los mecanismos legales como es la aduana, no es posible borrar el rastro.
Es mejor que la justicia se apresure en ofrecer evidencias tangibles o tendrá la respuesta contundente de la comunidad internacional y de los Guatemaltecos, si se sienten engañados y usados para lograr un propósito político.