La credibilidad de la justicia en Estados Unidos se esta tambaleando con las acciones y la impunidad con la que navega el barco de los Clinton, es que no hay nada que se pueda considerar un delito cuando hablamos de los Clinton .
Bill Clinton cometió perjurio, le mintió a un gran jurado y obstruyo la justicia cuando declaro ante el congreso de EEUU, ademas de violar reglas que regulan el comportamiento de los servidores públicos en los establecimientos federales, en este caso, La Casa Blanca, lugar donde radica uno de los tres poderes del estado mas poderoso del mundo, eso sucedió en medio de su presidencia, frente al caso de Monica Lewinsky.
En el momento en que Bill Clinton cometió estos delitos, habían cientos de norteamericanos cumpliendo prisión en cárceles federales por cometer las mismas violaciones. Continuando con sus actos delictivos, y no decimos metidas de pata, porque así fuere si es que Bill Clinton se pusiera la camisa al revés o escribiera una palabra con falta de ortografía, también premedito un encuentro con la fiscal general de los Estados Unidos, Loretta Lynch, misma que debe de formular la acusación a Hillary Clinton por cometer violaciones graves que implican la seguridad nacional y a todos los ciudadanos de nuestro país.
Es bueno señalar que esa actitud que adoptaron tanto Loretta Lynch con Bill Clinton no debe pasar como una maniobra inocente, según las leyes de los Estados Unidos es un delito y es perfecto analizar los hechos por lo sucedido, Bill Clinton abordo el avión en el que llegaba la fiscal general de los Estados Unidos (no cabe la casualidad) y conversaron por 30 minutos, no sabemos lo que trataron, pero si sabemos que Loretta Lynch dijo que aceptaría las recomendaciones del FBI, casualmente este ultimo dijo que Hillary uso varios servidores privados, que puso en peligro la seguridad nacional por traficar informaciones con diferentes grados de secretismo, incluyendo algunos con secreto máximo.
En un mundo real, donde sucedan cosas reales, un caso como este no es por casualidad y tampoco se produce para hablar de asuntos insignificantes, lo que buscaba Bill Clinton lo consiguió.
